Prototipo del periodista moderno, David Felipe Arranz lucha incansablemente por dignificar su profesión y define su intensa carrera profesional como «incómoda para los mediocres».
Este licenciado en Filología Hispánica, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Periodismo también es un gran cinéfilo y acaba de coordinar el libro «Sean Connery. El hombre que dijo nunca jamás» (Sílex Ediciones), una increíble obra dedicada al primer James Bond cinematográfico.
Si hay una profesión que siempre está en constante evolución y proceso de actualización es la de periodista. El periodista no es un simple intermediario entre el hecho y el público. Es un artífice, el guía que ayuda a comprender la realidad que nos rodea y los sucesos que ocurren en nuestro día a día. El profesional de la información periodística no se caracteriza por comprender sin más los hechos, sino que busca con rigurosidad y meticulosidad el verdadero significado que poseen esos acontecimientos. Algo que en la mayoría de las ocasiones sabemos ver pero no entender. La objetividad y la sinceridad de estos profesionales son los eslabones imprescindibles para el engranaje de sus proyectos. Deben hacer todos los sacrificios ineludibles para confirmar que el contenido de las noticias sea verídico, esté libre de convencionalismos y se amolde al entorno, y que todas las opiniones incluidas sean mostradas de modo objetivo, independiente y neutral. Los periodistas, además de contarle lo que ocurre de un modo comprensible e interesante a la sociedad, buscan adaptarse también a los cambios del mercado.
En medio de este escenario aparece Internet. La red informática ha cambiado por completo la manera de entender el periodismo. De hecho, ya ha dejado de ser un medio más para convertirse en una herramienta fundamental con la que los periodistas pueden ofrecernos diariamente un trabajo periodístico de calidad. El periodismo del siglo XXI se está adaptando a pasos agigantados a la llamada sociedad de la información y, principalmente, a través del fenómeno Internet ha nacido un nuevo canal de comunicación digital, interactivo y multimedia que supone una nueva forma de fabricar, organizar y divulgar las noticias. Aunque la modernización del periodismo va más allá de tener nociones básicas del uso de Internet o de las redes sociales.
La era digital ha influido enormemente en el espacio de los medios de comunicación, los cuales están presentes en la red y se reinventan y progresan de forma continua con nuevas herramientas y servicios intentando aprovechar al máximo las ventajas añadidas que proporcionan las tecnologías de la información y de la comunicación. Las TIC se han establecido como las innegables protagonistas del prototipo comunicativo actual y han alterado por completo los hábitos periodísticos. Las oportunidades de modernizar y renovar una noticia en tiempo real, el encanto de nuevas y originales narrativas como el storytelling, o la participación de los usuarios a través de comentarios y reacciones en las redes sociales han supuesto un antes y un después para una profesión a la que todavía le queda mucho por decir.
Uno de esos periodistas que destacan por hacer de Internet y las redes sociales parte de su trabajo cotidiano es David Felipe Arranz. Un profesional capaz de afrontar los retos que conllevan estos cambios tecnológicos y sociales sin apenas pestañear. Licenciado en Filología Hispánica, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Periodismo, David es profesor asociado de Periodismo en la Universidad Carlos III, donde imparte las asignaturas de Teoría de la Comunicación Mediática, Radio Informativa y Metodologías de Investigación en Periodismo, profesión que compagina con sus trabajos en los distintos medios de comunicación: radio (dirige y presenta el magacín cultural El Marcapáginas en Capital Radio), prensa (ABC, El Norte de Castilla, El Imparcial), televisión (Secuencias en 24 horas). También es autor de varios ensayos, libros de cine y literatura, sus otras grandes pasiones. Incluso ha hecho sus pinitos en el séptimo arte escribiendo y dirigiendo el cortometraje El secreto de Lisi, cuyo objetivo era promocionar la figura del escritor Francisco de Quevedo y su relación con la que fue su villa manchega, Torre de Juan Abad.
Moviéndose entre diferentes campos culturales -literatura, cine, música, ópera, etc.- este periodista no deja de sorprendernos atendiendo a las diversas labores que le ocupan su tiempo vital (escritor, crítico, colaborador, espectador…) dejando una huella indeleble en nuestra cultura social. Hoy David Felipe Arranz nos ha mostrado parte de sus íntimos deseos y aficiones. ¡Gracias maestro por atendernos y mostrarnos parte de tu intimidad!
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