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Vicente Úbeda: «Si tuviera una segunda oportunidad de volver a vivir, volvería a ser miembro de la familia de las Artes Escénicas»

El teatro es un medio de comunicación cuyo éxito radica en saber adaptarse en su forma y sus temas a los gustos del público de cada época.

La principales competencias del teatro son darle exteriorización a las creaciones ficticias del dramaturgo, y proporcionarles a los actores las herramientas adecuadas para poner su voz y su cuerpo al servicio de las palabras y de las acciones de los personajes.

También lo es interpretar y escenificar las indicaciones sobre el espacio físico y el entorno en el que los personajes actúan en medios apreciables de forma, luz y color.

Sobre el director de escena recae la enorme responsabilidad de trasladar el texto al escenario.

Vicente Úbeda Hoyos es uno de los pocos directores de teatro que tienen un manejo tan completo de habilidades, competencias y talentos como para ser a la vez erudito, crítico, técnico, escritor, psicólogo y artista.

Una vida al servicio del teatro

El teatro es un medio de comunicación, una manera dinámica de contar una historia; es en verdad un mediador entre una obra literaria dramática y el público. El secreto de su longevidad radica en la enorme diferencia que existe entre la lectura individual y la presencia colectiva a la representación de una obra. Hacer de este acuerdo una realidad es algo que en el teatro moderno corresponde al director de escena. Sobre él recae la difícil tarea de trasladar el texto al escenario. Y pasar una obra de un medio literario a un medio teatral requiere de una responsabilidad a la altura de las circunstancias. 

Planificar en un ambiente con tantas dimensiones y poblado de actores las ideas principales de una obra es apasionante. Aunque tiene el noble cometido de ser el diseñador de un proyecto educador de producción teatral (además del dirigente que lo lleva a cabo), el principal objetivo de este profesional de las artes escénicas consiste en concebir una sensación ingeniosa de la realidad, representar lo difícil de entender, lo poco concreto y lo metafórico, simplificar o engrandecer las conductas humanas, pero casi siempre respetando una norma o propósito persistente. 

Un director de teatro debe tener un conocimiento tan amplio como sea posible de la literatura dramática. Tiene que dominar absolutamente todos los temas centrales de su medio expresivo: sobre todo la actuación y el diseño teatral (iluminación, vestuario y escenografía). Además, es fundamental conocer a la perfección los elementos primordiales de las demás artes circundantes: música, danza, pintura, arquitectura y escultura, e incluso el cine.

«La vida me ha dado tanto… El Teatro para mí ha sido eso. Me he realizado como persona y como profesional, aunque aún sigo en el camino de aprender. Me ha permitido comprender mejor el mundo y las personas que nos rodean con sus luces y sus sombras al igual que yo. Saber que te han permitido hacerte creador de algo, aunque, tan efímero como es una representación, pero tan maravilloso en el proceso creativo, y descubrir que lo que has realizado ha merecido la pena de tu tiempo para los demás. Si tuviéramos una segunda oportunidad de volver a vivir, volvería a ser miembro de la familia de las Artes Escénicas».

Pocos directores de teatro tienen un manejo tan completo de habilidades, competencias y talentos como para ser a la vez eruditos, críticos, técnicos, escritores, psicólogos y artistas como Vicente Úbeda Hoyos. Los ha habido, los hay y los habrá con esa visión tan completa, armoniosa e intuitiva de su profesión, pero no es lo habitual. Lo normal es que no sean tan completos como Vicente y solo tengan ciertas cualidades dominantes que hagan que sobresalgan más sus puntos fuertes. Y, sobre todo, que elijan obras que se ajusten a sus cualidades más especiales.

La creación de un personaje
Pregunta. ¿Cuándo y por qué apareció tu interés por el teatro?
 
Respuesta. Con 12 años estudiando bachillerato mi profesora de Lengua, D.ª Carmen, nos inculcaba la lectura poesía y sobre todo textos teatrales, Lope, Cervantes, Juan Ramón Jiménez… A ella le debo conocer textos tan increíbles como el Auto de los Reyes Magos. Pero debo decir que desde los cinco años he leído libros de historia, de distintas religiones e incluso mitología. Me fascinaban estos personajes. Y crecí soñando con el teatro y vivir otras vidas. Me gustaba mucho la pintura, la música, el ballet y el cine.    
 
P. ¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional?
 
R. Desde que entré a formar parte, en el año 1969, en el Teatro ARA de Málaga, me he sentido como yo deseaba desde pequeño. Me ha aportado estabilidad personal y emocional. También a vivir lo cotidiano de una forma muy distinta e intensa, reconociendo situaciones y actitudes de la gente con otros ojos para aportarlos más tarde a los personajes que he interpretado. Y, desde que dirijo, a entender mejor al actor y al personaje que tuviese que encarnar. En cuanto a lo profesional, me considero un privilegiado por haber cumplido mi deseo de dedicarme a la Interpretación. He pasado por tres etapas en mi vida con gran satisfacción: La primera, deseada desde niño, que era ser actor. Mis años en Madrid desde 1974 hasta el 85 que volví a Málaga. La segunda como adjunto al Dir. del Área de Cultura de Benalmádena y como director del Teatro Municipal con mi primera dirección en una adaptación propia de El Principito y la tercera llegó en el curso 1992/93 cuando entré a formar parte como profesor de Interpretación en la ESAD de Málaga.  
 
P. ¿Qué le ha aportado el teatro a tu vida?
 
R. Conocimiento, valores y disciplina. Y me ha hecho entender la vida de otra forma. Poder disfrutar viendo que a la gente le gusta y entiende tu labor de creación, ya como actor, como docente o director. Pero hablo siempre desde la vida teatral. Y en lo personal,  haberme realizado íntegro y fiel a mis principios y disfrutar de lo que se me ha permitido conocer y realizar en lo profesional.
 
Teatro y educación
P. ¿Es muy difícil montar una obra teatral?
 
R. No entiendo si es o no difícil. Me pregunto si eres consciente de lo que montas. Uno se debería preguntar: ¿Tengo el conocimiento necesario para abordar el montaje? ¿Conozco bien el género? ¿Qué quiero transmitir como creador, y hacerlo atractivo para el público y para los actores? Y otras preguntas como si es coherente con el momento que vivimos, cuidar mucho de no desvirtuar lo que el autor nos cuenta y no transgredir reglas artísticas, sociales o morales. Y por supuesto, en cuanto a la parte de la puesta en escena, poder contar con los medios humanos y económicos. ¡Esto si es lo difícil!                    
 
P. ¿El ritmo es básico para que una obra de teatro sea buena?
 
R. Yo diría que es básico y concluyente para un buen montaje. Pero difícil de llevar y concretar. Con los ensayos les vas marcando a los actores como deben llevar el ritmo, pero es tu percepción, y si al final los actores lo ejecutan como tú les has marcado, el público lo aceptará o no, porque cada persona vive y tiene una concepción del ritmo diferente.
 
Pero si eres un buen profesional y tus actores lo son también, sabemos que la pieza a representar debe tener un tempo irregular para no hacerlo plano y los personajes tienen también un ritmo externo y otro interno que darán o no un resultado bueno o malo. 
 
Pienso que el público que viene al teatro debería ser más crítico en esto e intercambiar valores sobre lo que han visto y no quedarse en ¡Qué bonito! ¡Qué bien! Echo en falta el coloquio entre el público, los actores y los directores. 
 
P. Bajo tu criterio, ¿crees que el teatro debería ser una asignatura en primaria?
 
R. Si lo entendemos como parte reglada y evaluable, NO. Yo lo enfoco más a una formación cognitiva de exploración de capacidades, acción-reacción, integración con los demás, abrir sus capacidades, pero desde el juego, soñando quizás, como algo complementario y no teniéndolo como algo impuesto por los demás, sino que si les toca la fibra y lo desean, esa formación actoral sea en su momento, después de adquirir una buena formación académica suficiente para enfrentarse con la madurez que se necesita para la profesión.     
 
P. ¿Cómo entenderías el teatro como asignatura?
 
R. Si es durante la etapa educativa, como los modelos europeos y estadounidenses que lo integran como materia a elegir, es decir, impartido por profesores de letras y especialistas de las artes escénicas conjuntamente.
Comunicación y liderazgo
P. ¿Crees que hay suficiente cultura teatral en nuestra educación?
 
P. Rotundamente, NO. Lo afirmo con tanta rotundidad porque como docente de las Enseñanzas Artísticas lo he vivido en primera línea. Una gran parte de los alumnos que acceden a los estudios de Arte Dramático no vienen con los conocimientos mínimos de lengua y literatura, de hacer una correcta lectura y entender un texto correctamente y mucho menos de literatura teatral, de historia, de conocer otras culturas y religiones, y el lenguaje del teatro está lleno de conceptos simbólicos, en personajes, lenguaje, elementos de vestuario o escenografía. No se tienen que tener conocimientos profundos de estas materias pero sí un mínimo. 
 
P. ¿Qué beneficios culturales crees que aporta el teatro? 
 
R. Entender mejor a las personas y sus circunstancias a través del contexto de la obra y los personajes. Desde la mímesis del teatro se entiende un poco mejor a la sociedad y a la vida misma, a los conceptos de respeto, equidad, valorar, sentir, amar y soñar. Saber escuchar y entender a los demás desde la humildad y desear seguir aprendiendo y comprender mejor lo que nos rodea.
 
P. ¿Qué es lo que te llama la atención para elegir a los actores de las obras de teatro que pones en escena? 
 
R. Primero analizar los personajes. Y a la hora de elegir a los actores, que sea responsable ante el trabajo, que sea afín al personaje, que sepa entender y respetar lo que se le pide, que sea crítico y creativo y que aporte veracidad a la interpretación. Que sea respetuoso y valore al resto del personal que componen la producción. Y sobre todo que crea en sí mismo y en lo que se hace desde la humildad.  
 
P. ¿Cómo es en general el trabajo con los actores? 
 
R. Si existe el respeto, el rol que tenemos cada uno y somos organizados en nuestros cometidos, en general hay una buena complicidad y el trabajo fluye. Si falla alguno de estos conceptos siempre pueden surgir tropiezos y tensiones, pero con el diálogo y siempre desde el respeto todo se normaliza y se llega a buen puerto. 
 
P. ¿Qué buscas en un actor?
 
Responsabilidad. Creatividad. Que tenga fe sí mismo y en los demás. Y que sepa acoger las críticas
Una trayectoria profesional y vital
P. ¿Cuáles son tus actores y actrices de teatro favoritas? 
 
R. Actores: Emilio Gutiérrez. Caba, Manuel Galiana, El Brujo, Héctor Alterio y Fran Perea. 
 
Actrices: María Galiana, Lola Dueñas y Ana Millán.
 
Actores fallecidos: D. Manuel Dicenta, José María Rodero, José Bódalo y José Luis López Vázquez. 
 
Actrices fallecidas: Las hermanas Gutiérrez Caba, Elvira Quintillá y Mari Carrillo.  
 
P. ¿Quiénes son tus dramaturgos preferidos y por qué?
 
R. Valle-Inclán, Lorca, Arrabal, Ruibal, Ibsen, Lope de Vega, Calderón, Tirso, Shakespeare, Durremant, Moliere y un largo etcétera. 
Me gustan los buenos textos teatrales con valores universales y que los actores y el director se enfrenten a retos importantes de conceptos y contextos.
 
P. ¿Cuáles son tus obras de teatro favoritas?
 
R. No podría quedarme con una o varias, porque es difícil quedarse con unas cuantas, cuando he interpretado y dirigido tantas a lo largo de 51 años de teatro. Cada una de ellas me ha aportado algo nuevo en la interpretación o en la dirección. Pero para no dejaros sin respuesta: Jardín umbrío de Valle-Inclán, La visita de la vieja dama de Durremant, La señorita Julia, La vida es sueño y «El auto sacramental».   
 
«No todo vale en el teatro»
P. ¿Qué opinas de la dicotomía teatro comercial y teatro under o independiente?
 
R. Bueno, los dos existen y deben realizarse. Cada uno de ellos tienen algo que exponer y decir. Lo único que yo, como espectador, pienso es que se hagan con respeto y no todo vale. Sobre todo en lo que hoy conocemos como contemporáneo, creo que no es bien entendido por profesionales y por el público y vemos muchas incongruencias y falto de verdad.
 
P. ¿Dirigirías una obra que no te gusta por encargo?
 
R. Si es así la pregunta te digo que sí, pero con reparos. Me explico. Si a mí no me gusta es un prejuicio mío y a lo mejor a la sociedad y al resto de la compañía les dice algo y puede ser interesante. Puedo y debo hacerlo desde el distanciamiento personal. Otra cosa es que me lo impongan, eso ya son otras palabras. ¡NO!
 
P. ¿Qué obra de teatro te gustaría hacer o qué texto te gustaría adaptar para hacer una representación teatral? 
 
R. ¡Uf! Hay muchas para dirigir y otras para adaptar. Espero tener todavía tiempo para hacerlo. Me gustaría dirigir El rey Lear. Y mejor que adaptar, actualizar algunos textos y dirigir la trasnochada revista musical.
 
P. ¿Cómo te llevas con las otras artes (no teatrales)?
 
R. Me nutro de todas y cada una de ellas. Ópera, ballet, música, Cine, flamenco… Disfruto con ellas. La pintura clásica y moderna e incluso la música contemporánea. 
 
P. ¿Cuál ha sido la obra teatral que más satisfacciones te ha dado? ¿Tienes alguna obra en tu trayectoria que recuerdes con más cariño?
 
R. En cuanto a lo satisfactorio cada una me ha dado algo. Asesinato en la catedral y Tito Andrónico interpretando a Beckett y a Tito, y en la dirección, mi primera obra, El Principito, Doña Rosita la soltera, y la versión de T. Contemporáneo de la opera Rigoletto. 
 
P. ¿En algún momento tuviste ganas de abandonar el teatro?
 
R. Creo que no. Sí es cierto que a lo largo de la vida pasas por distintos avatares, unos mejores y otros peores, pero no he dejado de creer en el teatro y me lo ha recompensado durante mucho tiempo: 51 años.
No dejar de aprender
P. ¿Cómo percibes la actividad de la sociedad frente a la cultura?
 
R. Que la necesitamos, y que no se politice tanto, y también la sociedad. Que cuando asistamos a cualquier actividad cultural dejemos a un lado, consignas, siglas, ideologías y otros elementos que nos coarten capacidad y sentido de libre pensamiento y disfrute.
 
P. ¿Qué aptitudes y cualidades personales, académicas y profesionales crees tú que debe tener una persona que se quiera dedicar al teatro? 
 
R. Responsable y saber que hace falta esfuerzo y tesón, una buena preparación académica y conocimientos y sobre todo hacerte respetar. 
 
P. ¿Cuál es la anécdota más extraña, curiosa o divertida que te ha ocurrido a lo largo de tu carrera profesional?
 
R. Extraña, que te quieran timar por tu trabajo o hacerte ver que somos simples y tontos. 
 
Curiosa, que la gente se cree que hacemos teatro en lo cotidiano de la vida.
 
Divertidas, bastantes, desde desplomarse parte de la escenografía en la función, tener que sortear la cabeza para no darme con ella bajando colgado de una pértiga con los escalones del teatro romano de Málaga o trabajar en un escenario realizado con mesas de madera plegables y la última con un poco de reparo, representando el escultor de Don Juan Tenorio y al final de la escena con don Juan, dejarle el farol en vez de las llaves del panteón. ¡Qué mal lo pasé! De ver a mi compañero… Creo que queriendo asesinarme..
 
P. ¿Cuál es tu visión del teatro actual?
 
R. Que existen grandes intérpretes y directores que saben dar emoción en sus propuestas, y que nos sepamos amoldar a las tecnologías. Que sepamos aunar esfuerzos en todo y para todo y no perdamos nunca referentes de lo que hacemos, por qué y para qué, para que nos respeten más.
 
P. Respecto al escenario actual, en el que los trabajadores de las artes escénicas están pidiendo más apoyo gubernamental para no verse afectados por el cierre de los teatros y la suspensión de temporadas, ¿cuál es tu visión al respecto? ¿Cómo vislumbras el panorama del teatro a medio y largo plazo?
 
R. Que son lícitas todas las actuaciones que se llevan a cabo. No se percibe un sueldo fijo como en el resto del mundo laboral o del funcionariado. Si trabajas tienes un sueldo por funciones realizadas.
 
Que desde la política no se valora ni respeta a las artes, siempre hemos tenido que ser unos mendigos, les gusta que se les adule, que les pidamos subvenciones y ayudas. Pero, ¿a que precio? 
  
Si no eres amigo de, conocido de, o le caes bien al de turno, lo llevas crudo. Y no digamos de los gestores funcionarios y privados que la mayoría son unos impresentables, irresponsables por ejercer y desconocer lo que tienen en sus manos.
 
A medio plazo por la mala situación que vivimos por la mala gestión que se está haciendo desde todos los ámbitos políticos y también sociales.
 
A largo plazo todo volverá a ser como antes y con gran fuerza ética y profesional, si hemos aprendido a que necesitamos las artes en nuestras vidas.
Entender lo conceptual lleva a Vicente a crear obras de arte

P. Con la pandemia que nos asola, ¿cómo la estás viviendo a nivel personal? ¿Y a nivel profesional?

Es inquietante: Dejar proyectos sin saber cómo, cuándo y dónde volverán a ver la luz. Pienso que para los creadores de arte ha servido para reflexionar y buscar formas de no parar, pero para los creadores que trabajamos con personas directamente ha sido duro, esa falta de contacto cuando ensayamos ,ver los progresos, los objetivos que se van cumpliendo hasta dar forma al producto, ver como se avanza día a día y llegar al público… Duro, y desgarrador al mismo tiempo al comprobar que en esta situación se nos van personas cercanas o no tan cercanas y que somos vulnerables… y egoístas,  al no tener en cuenta y ser conscientes de los momentos tan dramáticos que vive el mundo. Espero y deseo, que sepamos ser un poquito más coherentes y respetuosos. 

P. ¿Cómo vislumbras el panorama del teatro en Córdoba?

Mientras el público asista…el teatro existirá. Lo que debemos de tener los artesanos teatrales es ser un poco más humildes, respetuosos y menos egocéntricos. Dignificar la profesión y presentar trabajos atractivos y respetuosos y no pensar que lo que cada uno hacemos está por encima del de los demás. Hay mucho que preguntar o cuestionar, para que la profesión tenga su mejor resultado entre la sociedad. Yo no quiero estar siempre pendiente de subvenciones, deseo unos buenos gestores, unos políticos que se involucren de verdad y sin siglas ideológicas que interfieran en el arte, y un colectivo con sensibilidad y sin devaneos personalizados. Pienso que a pesar de todo el  Teatro nunca ha faltado como vehículo conductor de emociones, risas, llanto, reflexión y comunicador del pensamiento y valores. El hecho teatral nunca faltará en el mundo, porque la vida misma es teatro, y a todos nos gusta interpretar nuestro roll.

«Lo esencial es invisible a los ojos, lo importante nace del corazón». El zorro,  de El Principito.

P. Háblanos un poco sobre La Vidriera Teatro

Sobre la Cía, Te diré que aunque las necesidades teatrales las tenía cubiertas con el proceso de docente durante tantos años – 26 -, si necesitaba crear desde otro parámetro que no me daba la enseñanza, puesto que mis conocimientos teatrales estaban adjudicados a la formación de los alumnos y siempre muy encorsetados al ser estudios reglados, y sí te diré, que pude verter creaciones a la educación, pero para que el alumno supiera y pudiera tener acceso a herramientas que le enriquecieran en su formación. Cuando en el 2011 llegué a Córdoba, a la que me unen muchos elementos desde mis principios teatrales, me reencontré con una persona de gran profesionalidad y mejor amigo como es Juan Antonio Peláez, Chico. Estaba encargado de dar  cobertura en el teatro de la ESAD y al Conservatorio de Danza. Y después de muchos momentos de confidencias, los dos llegamos al convencimiento  de poder formar compañía profesional, él con su empresa Comité Sonido SL como productora y Jefe Técnico y yo aportando mis conocimientos teatrales.  El 27 de Marzo del 2015 dimos el pistoletazo de salida de nuestro sueño con el montaje Dª Rosita la Soltera: Una Leyenda del Tiempo una versión mía con la danza incorporada al texto, Hemos dado cabida a profesionales cordobeses y los mejores alumnos ya formados. Trabajando desde entonces con mucho esfuerzo para sacar adelante nuestros montajes, trabajando con entidades públicas y privadas como: Obispado de Córdoba: Una Visita Real, macro espectáculo con teatro, música, danza y canto. 172 personas en los distintos escenarios. 4 temporadas en el Palacio de Viana, con distintos montajes y géneros desde comedia, teatro del Siglo de Oro, dramas como Mi Nombre es Dulcinea y Herodías/Salomé  salidas en la provincia y a festivales como el de Benalmádena. Auto de la Strella de la Luz  en la Mezquita Catedral, y para Patrimonio del Ayto. de Córdoba, un ciclo dedicado a las distintas civilizaciones.  El estreno y la primera representación efectuada en el Yacimiento Arqueológico de Torreparedones de Baena con Meyaipa Vs Medea.  Son muchos más los espectáculos abordados…

 
P. ¿Cuáles son tus próximos proyectos teatrales?
 
R. Hay que retomar un estreno aplazado por el COVID-19 La Historia de la Corredera de Córdoba. Una comedia romana musical, algo de teatro infantil y varios textos históricos que están preparados.
 

Este trabajador de la escena, este Hércules del arte teatral no para de dramatizar y crear textos y espectáculos. Persona sencilla donde las haya, amigo del ser humano y de sus amigos es un referente en la escena teatral cordobesa. Cuando termine esta epidemia sus creaciones verán la luz y nosotros estaremos ahí para verlas y disfrutarlas. ¡Ánimo amigo Vicente y gracias por esta ejemplificante entrevista!

Si te ha gustado esta entrevista no dejes de compartir y sobre todo comentar   ¡¡Muchas gracias!!

8 comentarios en “Vicente Úbeda: «Si tuviera una segunda oportunidad de volver a vivir, volvería a ser miembro de la familia de las Artes Escénicas»”

    1. Buenas tardes Fernando: Soy Vicente Úbeda. Te doy las gracias por tu comentario sobre mi entrevista y que te haya llegado a interesar para estimularme a seguir adelante. Sigo en el camino de sueños para los espectadores y para mis actrices/es. Espero que nos encontremos en algún momento y estrechar tu mano. Quedo a tu disposición y en Córdoba tienes a un artesano de la Cultura. Recibe un cordial Abrazo.
      Vicente Úbeda

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