Te damos las principales claves para utilizar los emojis de forma correcta en tus redes sociales y aplicaciones tan utilizadas como WhatsApp.
Los famosos emojis se han convertido en la mejor forma de expresión no verbal en los mensajes de texto que mandamos a través de aplicaciones como WhatsApp, Twitter, Facebook, Telegram, Messenger o Instagram. Ya hay más de 3000 (aunque se esperan muchos más) y se han convertido en un recurso casi imprescindible en tus conversaciones digitales.
El origen del término emoji
Todos los dispositivos móviles disponen de cientos de emojis y cada fabricante utiliza sus propios diseños, pero se basan en el estándar Unicode para que, aunque el diseño sea diferente, el mismo emoji exprese lo mismo en un dispositivo u otro.
Muy pocos usuarios conocen el origen de la palabra emoji. Este vocablo proviene del japonés y de la unión de dos palabras: dibujo (e) y carácter (moji). El emoji que más usamos es el de la cara con lágrimas de risa , seguido por el del corazón ♥️ y el de la carita con ojos de corazón .
Los emojis y los emoticonos no son lo mismo
Mucha gente lo suele confundir con el emoticono cuando no son lo mismo. Se suelen usar indistintamente, pero lo cierto es que son cosas totalmente distintas.
Los emoticonos son los símbolos creados con signos de puntuación y que suelen leerse inclinando la cabeza: :-), 😉 o :-(. En cambio, los emojis son caracteres Unicode que se muestran como pequeñas figuras en color con valor simbólico: . Pese a esa diferencia original, en el uso general es frecuente y, en la mayoría de los casos, correcto utilizar la palabra emoticono para referirse a todos esos símbolos.
Cómo usar correctamente los emojis en un texto, según la RAE
La utilización, cada vez más generalizada, de emoticonos y emojis en toda clase de textos plantea a menudo multitud de dudas sobre su colocación en las frases, su relación con el resto de los elementos de una oración, cuando se ubican al final de la frase, dónde deben incluirse, antes o después del punto…
Habituales en determinadas situaciones, lo más conveniente es utilizarlos en circunstancias en las que añadan información o emociones que no son fáciles ni rápidas de expresar por otros métodos.
A continuación te ofrecemos algunas sugerencias sobre su uso en textos generales (como el post de un blog) sacadas del Libro de estilo de la lengua española de la Real Academia de la Lengua, primera obra académica en la que se trata este tema y en cuyo capítulo sobre escritura digital, al que pertenecen estas recomendaciones, participó como consultor especial el presidente de la Fundéu BBVA, Mario Tascón.
Esta obra te recomienda utilizarlos cuando la escritura o el lenguaje del texto sea de carácter informal (aquel que no respeta todas las reglas de la lengua española usando abreviaturas o cometiendo muchas faltas de ortografía), procurando que no debilite el empleo de la lengua. También es necesario asegurarse de que el receptor los interpreta correctamente, ya que, si bien hay algunos supuestamente universales (), el uso de otros acarrea cierto peligro de ambigüedad, equivocación o confusión.
1. Espacios
• Se recomienda escribir los emoticonos y los emojis separados por un espacio de las palabras y pegados o no a los grupos de puntuación en iguales condiciones que una palabra, a excepción de que estos sustituyan a fragmentos de términos: «La selección española se la juega en el partido 🇪🇸 vs. 🇸🇪.».
• En cambio, los emoticonos se escriben entre espacios siempre que se considere que puede haber problemas en su delimitación. Cuando aparezcan junto a signos de puntuación que se podrían tomar como parte del emoticono, se puede dejar un espacio entre ambos «(Nos vemos 🙂 ).» o cambiar el emoticono de lugar.
2. Puntos y comas
• Por lo general, se recomienda respetar la puntuación que el enunciado tendría si no se utilizaran emoticonos o emojis («Ven con nosotros y lo celebramos .»).
• En el caso del punto final solo se justifica su ausencia cuando el emoji se utilice para representar el punto: «Porque lo digo yo y punto⚫». Esto también se aplica a signos de interrogación y exclamación: «¡Es una auténtica ganga❗».
• Cuando se escriben varios emojis o emoticonos seguidos, no es necesario separarlos por comas («¡Muchas felicidades !»), excepto si se usan en sustitución de palabras: «Nos espera una tarde llena de deportes en la pequeña pantalla: , , ♂️ y muchas más retransmisiones».
3. ¿Antes o después del signo de puntuación?
Cuando se inserta un emoticono o emoji hay que procurar que su posición no genere ambigüedades respecto a cuál es el segmento o elemento al que afectan. Se pueden dar cuatro situaciones diferentes:
• En los casos en los que un emoji o un emoticono afecten a todo un enunciado y este sea el único de un mensaje, es preferible colocarlos después del punto para evitar que se pueda interpretar que solo modifican a la última parte («Suscríbete a nuestro boletín semanal. ✉). Pese a ello, el Libro de estilo del español señala que no es incorrecto colocarlo antes («Suscríbete a nuestro boletín semanal ✉.»).
• Cuando hay otro enunciado después de aquel al que modifican, es preferible situar el emoji o emoticono delante del punto para que no parezca que afectan al enunciado siguiente («Viena estrenará semáforos inteligentes . La ciudad pretende así acabar con el sistema de pulsación.»).
• Si el emoji o el emoticono modifican a la última parte de un enunciado, se aconseja escribirlos delante del punto («Esta página usa cookies propias y de terceros , pulse en el siguiente enlace para aceptarlas .»).
• Cuando el emoji o el emoticono sustituyen a una pieza léxica, la puntuación se situará donde correspondería si fueran palabras («Después de tomar unas , podemos ir al .»).
4. ¿Y las mayúsculas?
Salvo que los emojis o los emoticonos se usen en sustitución de palabras, las mayúsculas deben aplicarse como si no estuvieran presentes. Así, en un enunciado encabezado por un emoji o un emoticono, la primera palabra tras ellos debe mantener la mayúscula inicial (« Resultados de la liga de baloncesto:..»).
Cabe señalar que hace unos años se produjo cierta polémica por la manera en que la RAE adaptó algunos términos relacionados con Internet y las redes sociales para incorporarlos oficialmente al idioma español, como por ejemplo ocurrió con Guasap, yutubero, tuit o jáquer.
En su cuenta oficial de Twitter la RAE recibe centenares de consultas diariamente y los usuarios pueden conocer nuevas palabras relacionadas con el mundo digital e incluso usar su diccionario.
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